Estas dos estrategias se centran en ayudar a los empleados a utilizar el transporte para ir al trabajo y en cobrar a los conductores de vehículos una tarifa por conducir en zonas congestionadas. La «Administración de la Transportación basada en Demanda» reduce el tráfico animando a los empleados a utilizar el transporte público o el transporte activo para ir al trabajo en vez de un vehículo. «Tarifas de Gestión de Congestión» cobran a los conductores una tasa en las zonas congestionadas para ayudar avanzar el tráfico.